La ensenada de Areosa es una de las pocas de esta zona costera con un entrante propicio para albergar un refugio de barcos de pesca y de fácil acceso al mar. Por estas condiciones, ya desde el medievo se estableció un puerto ballenero en Rinlo. Posteriormente, el puerto pasó a ser pesquero tradicional, lo que atestigua la existencia de la segunda cofradía de pescadores más antigua de España.