Playa de As Catedrais

Para visitar esta playa es imprescindible acudir en marea baja, cuando el mar en retirada da su permiso momentáneo para iniciar el recorrido. Para ver las formaciones rocosas más espectaculares, debemos caminar unos 600 metros a la derecha una vez bajamos las escaleras de acceso, adentrándonos así en un mágico paisaje de grandes islotes, cuevas, furnas y bufaderos producto de la erosión marina a lo largo del tiempo.

Aunque las formas que derivan de este peculiar encuentro entre el mar y el continente sean las protagonistas, no se debe pasar por alto la riqueza que este lugar posee en lo que se refiere a su flora y fauna, propias de la costa Atlántica, especies que tuvieron que adaptarse a las extremas condiciones ambientales del lugar. Así, la hierba de “namorar”, el hinojo de mar, el tojo o el brezo forman parte de la vegetación terrestre de la zona. En lo que respecta a la vegetación marina destacar las algas rojas y algas coralináceas incrustantes que, junto con los líquenes, modifican el aspecto original de los acantilados.

Sobrevuelan asiduamente este espacio la gaviota; picoteando la orilla del mar es común encontrar el pirlo y nadando y sumergiéndose se observa el cuervo marino grande, que da nombre a las abundantes peñas Corveiras de la zona. Estacionalmente es posible contemplar, entre otras, la garceta o la abubilla llegadas con la primavera, o asistir al paso de aves marinas migratorias como el alca o el alcatraz.
Por último, en lo referente a la fauna marina sobresale la presencia de percebes, mejillones, lapas, bígaros y bellotas de mar.

RibadeoXQSi

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