Esta zona de la costa de Ribadeo es muy peculiar, forma parte de lo que se conoce como “rasa cantábrica”, que no es otra cosa que una superficie aplanada a medio camino entre los acantilados y las montañas, de unos 3 kilómetros tierra a dentro. Las rocas que encontramos en estos acantilados son pizarras y cuarcitas, que forman capas bien visibles y que se erosionan fácilmente con el embate del mar. Esta erosión es muy intensa, lo cual favorece la formación de furnas (cuevas marinas), ollos (bufadoiros), arcos e islotes. Todas estas peculiaridades hacen que esta zona tenga el reconocimiento de lugar de interés geológico.
La geo-ruta dos ollos toma este nombre de la concentración, en esta parte de la costa, de unas formaciones geomorfológicas denominadas “ollos”. Este es el nombre que le dieron los pescadores locales a las estructuras circulares que aparecen en las zonas litorales, y que permiten la entrada de luz en las furnas, así, desde el mar parecen ojos de luz en las oscuras paredes del acantilado.